
¡Hola! Me llamo Riccardo
Soy padre de dos hijos adolescentes, tengo un carácter paciente y me gusta la sencillez, tanto en las relaciones como en la vida cotidiana.
A veces soy demasiado exigente conmigo mismo, otras quizás demasiado complaciente con los demás... ¡pero sin exagerar!
Mi reciente traslado de Italia a Barcelona fue "indoloro".
Es cierto que cuando te alejas de tu país aprendes a apreciar su singularidad, pero la capital catalana tiene mucho que ofrecer, empezando por su mentalidad abierta, su buena calidad de vida y su hermoso clima.
Mi pasión por la fotografía es el resultado de una evolución de intereses juveniles: a pesar de mi formación técnica, me gustaban todas las artes visuales.
El dibujo, la pintura y sobre todo el cine, indiscutiblemente la forma más poderosa de contar historias.
Con el pincel no tenía suficiente constancia, así que opté por la cámara, ¡el resultado parecía más inmediato!
Hoy me considero un fotógrafo documental y, salvo en casos concretos, llevo a cabo mis sesiones de trabajo con el mismo enfoque. Soy sobre todo un observador, prefiero no planificar la acción, allá donde voy sigo la historia y la cuento a mi manera, intentando captar la emoción y retenerla.
No considero que mi estilo sea mejor que el de los demás, es mi forma de expresión.
Los grandes fotoperiodistas del pasado han influido sin duda en mi búsqueda estilística. Robert Capa solía decir "ama a la gente y haz que lo entiendan" y en esta frase está la clave para ejercer la profesión de una determinada manera y no de otra.